Los dos equipos demostraron que tenían armas, ganas y opciones de llegar a la final. España comenzó a dar muestras de su poderío defensivo llevando a Turquía a consumir dos posesiones sin poder lanzar a canasta, mientras que Nevriye Yilmaz daba muestras de su calidad en ataque y en defensa.
Es tremendo el mérito del conjunto nacional, que había despachado a sus rivales hasta la fecha con una autoridad asombrosa. Antes se quedaron Japón, Brasil, República Checa y Chinay Turquía subía la exigencia por todo lo que implicaba. País anfitrión, luchador y con la moral por las nubes después de remontar ante Serbia en los cuartos. Otra víctima del baloncesto español.
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